Y llegó el día ansiado en que las puertas de un campo de fútbol se abrieron en Constantina para ofrecer a su población el espectáculo futbolero que, domingo a domingo, iba a llenar, con mas gozos que sombras, las satisfacciones de aquella Constantina ahita de emosiones deportivas. Fue el 27 de febrero de 1948 a las 16 horas y 15 minutos cuando se inician los prolegómenos de una inauguración con la bendición de las instalaciones del flamante campo municipal de deportes de Los Pinos por parte de la autoridad eclesiástica. También hay un saque de honor cuya ejecución recae en la distinguida Srta. Angelita Baquero escogida para tal acontecimiento por el grato recuerdo que para la vieja afición representaba la desaparecida figura de su padre que, tiempos ha, llenará con gestas futbolísticas días de gloria en el campo del Arzobispo.
El equipo que nos visita y que tiene el alto honor de compartir con el equipo titular de la localidad este primer partido fue el Celti C.F. procedente de la vecina y hermana población de La Puebla de los Infantes que supo en todo momento presentar ejemplar pelea en este primer e histórico lance llegándose al resultado final con empate a dos goles.
Al domingo siguiente, día 6 de marzo, devolviendo la visita que realizara el Constantina C.F. en su campaña de rodaje o preinagurativa, fuera de su propio feudo, nos visita el Campana Balompíe.
Los precios no podían ser mas atractivos pues mientras los Bancos de pista en primera y segunda fila costaban 5 pts. la especial de General solo valía 1 pta. y 0,50 la infantil.
El resultado también termina con empate a dos tantos que, aunque satisfactorio para un incipiente equipo como el Constantina, va dejando en los impacientes aficionados un mal sabor de boca que ya, vehementemente. quisieran disfrutar de las mieles del triunfo viendo vencedor a su equipo en su propio terreno. Derroche de amor e impaciencia a unos colores que empiezan a calar muy hondo.
A la finalización del partido, cuesta arriba por aquella penosa pendiente de los pinos, también denominada "de los suspiros", la afición joven que aun no ha visto victorioso a su equipo se lamenta mientras, jocosamente, comienza a llamarse al recién estrenado campo con el apelativo de Municipal de los empates.
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